La tolerancia
Teresa Vázquez
Texto adaptado de Visión Espírita, 2010
Iniciamos la clase con la manifestación de lo que cada uno iba a aportar al grupo esa tarde. Unos dijeron que atención, otros silencio, ... cada uno dijó su parecer y nos dispusimos a trabajar la tolerancia. Para ello utilizamos un cuento llamado “TU TIENES LA CULPA” en el que las protagonistas son dos hermanas ardillas llamadas Saltarina y Brincapinos. Brincapinos es la menor y Saltarina es la hermana mayor. Como es costumbre entre las ardillas, cuando ya son mayores y han aprendido a cuidarse solas, sus papas se marchan a otro bosque, dejándolas solas para que sepan desarrollar todas sus habilidades.
Mientras era verano, las dos hermanas ardillas se pasaban el día jugueteando entre los árboles, corriendo con sus amigos, nadando en los ríos, disfrutando del buen tiempo, pero cuando empezó a llegar el otoño, surgieron los primeros problemas. El frío y el mal tiempo hacía que pasaran mucho más tiempo en el nido y Brincapinos empezó a mostrar su malestar dándole las culpas siempre de todo a su hermana Saltarina. Que si cuando hacía viento y el nido se cayó, era Saltarina quien tenía la culpa de no haberlo sujetado bien; que sí cuando no había comida suficiente para las dos era Saltarina la que tenía la culpa de no encontrar comida; que si cuando había comida Brincapinos abusaba de ella y se empachó pues también era la culpa de su hermana Saltarina por no cuidarla bien,... y así fueron pasando los días hasta que Saltarina ya no sabía qué hacer ni cómo tratarla para que su hermana no estuviera siempre de mal humor. Por un motivo u otro, siempre era Saltarina la que tenía la culpa de todo.
Saltarina acudió a su amiga Tortuga Lola la que le sugirió que no reaccionara ante los enfados de su hermana Brincapinos porque las discusiones no llevan a ninguna parte. Le sugirió que utilizara la paciencia y el silencio para que poco a poco su hermana menor se fuera dando cuenta de su egoísmo. Y así lo hizo pero Brincapinos insistió en culpar siempre a su hermana. Tal era la situación que Saltarina, poco a poco se fue alejando cada vez más hasta que un día decidió, (uno de los niños participantes de la clase, decidió lo que haría Saltarina) se marchó a otro bosque.
En la soledad, Brincapinos reflexionaba sobre su comportamiento. Poco a poco se dió cuenta de lo injusta que había sido con su hermana y se entristeció tanto que llegó a pensar que su hermana había dejado de quererla. Acudió a su amiga Toruga Lola para encontrar consuelo. Lola le dijo que el amor, cuando es verdadero, nunca desaparece aunque la distancia nos separe y que si Brincapinos quería volver con su hermana no había de temer un rechazo, porque hiciera lo que hiciera Saltarina, llegaría el momento del encuentro.
Brincapinos se decidió a ir en busca de su hermana y.... el final de la historia fue diverso. Cada uno de los niños creó un final. Todos los finales fueron creativos y todos evocaban diferentes realidades de la vida misma.
Reflexionamos sobre las actitudes de las hermanas, sobre los consejos de la tortuga, sobre los diferentes finales que surgieron y la síntesis del trabajo fue que la colaboración entre todos nos enriquece y nos hace sentir mucho mejor.
Para terminar, observamos si los compromisos que habíamos adquirido al principio de la clase se habían cumplido y cada niño pudo ver el grado personal de realización. Cerramos con una oración de agradecimiento que cada uno fue verbalizando y después merendamos. Entre todos conseguimos una clase placentera y afectiva.