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Ciencia & Salud

Todo empieza en nuestro interior

 

Romina Romero



Como el Espiritismo puede aportar cambios en la Microbiota intestinal, nuestro segundo Cerebro.


Al nacer, la recomendación de las Sociedades de Pediatría es la lactancia materna exclusiva, hasta los 6 meses. Los beneficios inmunológicos de la lactancia materna están ampliamente reconocidos, ya que esta última otorga la inmunización pasiva a través del pasaje de numerosos anticuerpos por la leche materna. Dichos  anticuerpos son fundamentales como defensa inmunológica, desde la inmunización pasiva hasta los beneficios en el desarrollo neurocognitivo, debido a que la lactancia constituye no solo una acto de alimentación, sino también un proceso dinámico que envuelve un complejo sistema de señalamiento y de “negociación” entre la madre y el bebé.


¿Cómo la lactancia materna beneficia nuestra salud integral? 


Nacemos sin Microbiota intestinal, pero rápidamente somos colonizados por microorganismos de nuestra madre y del entorno local. Esta colonización se produce rápidamente en los menores de 1 año, posteriormente es influenciado por el entorno local, adquiriendo riqueza taxonómica y capacidades funcionales crecientes, generando una comunidad donde persisten los mejor adaptados para resistir y promover la salud del huésped. 

Las técnicas de estudio del ARN ribosomal 16S de las bacterias, así como la secuenciación masiva de genoma completo de muestras vaginales, leche materna y heces, y su comparación con el microbioma intestinal de recién nacidos en forma secuencial, nos permite conocer cuáles son las bacterias especializadas en colonizar a los neonatos. Así se pudo descubrir que los filos Bacteroidetes y Actinobacterias que contienen al género Bifidobacterium son las principales (1). Esta colonización por la microbiota intestinal materna en la del recién nacido es clave para el desarrollo del sistema inmune, ya que por ejemplo permite la maduración de las células natural killer y las células dendríticas (ambas fundamentales como primera barrera de defensa inmunológica) así como el efecto de los propios antígenos microbianos para promover la tolerancia inmune, que evita que el sistema inmune reconozca las células propias como “ajenas”, a través del la reducción de linfocitos T Th2 proinflamatorios y promoviendo la expansión de linfocitos T reguladores antiinflamatorios (2).  Además, se observó que la colonización por especies de Bifidobacterium y Bacteroides probablemente sean fundamentales tanto para el desarrollo inmunológico como para el desarrollo neuronal, actividad cerebral y respuesta inflamatoria (3).


Nacemos sin Microbiota intestinal, pero rápidamente somos colonizados por microorganismos de nuestra madre y del entorno local.


¿Qué nos dice la Doctrina Espírita respecto de cómo afecta nuestra alimentación en nuestra vida diaria? 


En el libro Fuente de Luz (4), Joanna de Angelis nos dice:

“La perseverancia de la maquinaria orgánica depende de varios factores, entre ellos la nutrición que resulta de los alimentos…

… El hombre común busca muchas veces los alimentos sin orientación sobre los valores nutricionales que los preservan, lo que lleva a sobrecargas innecesarias… El alimento es fuente de vida, nutre la forma y sostiene el castillo celular. No solo la materia, sino la energía psíquica, exteriorizada por el optimismo, la gentileza, y el amor, desempeñando tareas equivalentes.

… Cuando se mantienen los resentimientos, se acumulan los prejuicios y se almacenan residuos de pesimismo y amargura. Estos variados venenos perturban los campos vibratorios en los que se multiplican y viven los elementos constitutivos de las células, provocando degeneración y trastornos metabólicos…El pan apoya el cuerpo, pero el pensamiento equilibrado ayuda a la digestión.

… La meditación vigoriza la psique, amortiguando los impactos violentos que resultan de las relaciones humanas… El cuerpo se alimenta para vivir y, sin embargo, sucumbe al desgaste, marchitándose en la transformación del fenómeno biológico de la muerte. Efímero, requiere nutrición para prolongar el viaje y reducir sus debilidades. El alma, en su forma inmortalista, también necesita alimento vibratorio para liberarse del atavismo pasado de las experiencias primarias por las que ha pasado y desarrollar los preciosos dones latentes en gestación prolongada hasta el momento de la liberación.

…Cuida el cuerpo que tienes y asegúrate de usarlo durante el mayor tiempo y utilidad posible. Sin embargo, alimenta el Alma que eres programado para la plenitud, en cuyo esfuerzo que está desde hoy, cuando despertó a su realidad inmortal.”

Como Espíritas sabemos que nuestro Espíritu es lo que perdura y evoluciona, pero para ellos necesitamos de las experiencias humanas. Por lo tanto, resulta fundamental entender cómo nuestros hábitos y en particular la alimentación influyen tanto en nuestra salud física como mental.


El alimento es fuente de vida, nutre la forma y sostiene el castillo celular. No solo la materia, sino la energía psíquica, exteriorizada por el optimismo, la gentileza, y el amor, desempeñando tareas equivalentes.

¿Pero cómo se comunica el cerebro con el intestino y qué impacto tiene la microbiota intestinal? 


Se estima que la microbiota intestinal en su conjunto, es decir bacterias, hongos, virus, etc. superan a las células humanas en 100 billones. Entre este amplio sistema y el cerebro existe una comunicación bidireccional directa o indirectamente, a través del sistema nervioso central y entérico, el nervio vago y los sistema endocrino e inmune inflamatorio, por medio de la modulación de neurotransmisores (5). De esta misma manera el microbioma intestinal, influenciado tanto por la dieta como por los hábitos cotidianos, permite una biodisponibilidad nutricional óptima, (consintiendo, por ejemplo, mantener niveles adecuados de serotonina). Se ha observado que el aumento de la permeabilidad intestinal permite que las moléculas potencialmente dañinas ingresen por el torrente sanguíneo. Un ejemplo de esto es que bacterias como es el LPS (lipopolisacárido) podrían generar una respuesta inflamatoria sistémica (6).



La microbiota, trastornos neuropsiquiátricos y neurodegenerativos

Se ha demostrado que la microbiota intestinal es un componente clave en la salud humana, considerándose un “órgano esencial” del cuerpo humano, ya que su alteración, es decir la disbiosis, podría estar directamente relacionado con diferentes tipos de patologías tanto cardiovasculares, como neurodegenerativas, alergias, gastrointestinales, obesidad, etc. (7).

Uno de los aspectos más estudiados es el papel de la microbiota intestinal y su función con los trastornos neuropsiquiátricos asociados con el desarrollo (por ej., trastorno del espectro autista y esquizofrenia), estado de ánimo (con depresión y ansiedad como ejemplos) y neurodegeneración (Enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer y esclerosis múltiple). En modelos murinos se observó cómo la suplementación de Lactobacillus rhamnosus produce GABA y regula sus receptores en el cerebro, a través del nervio vago, atenuando el comportamiento similar a la depresión y la ansiedad. También se observó que la suplementación con Bacteroides fragilis reduce el compuesto 4-EPS, modulando los síntomas similares a la ansiedad en ratones (8). La enfermedad de Parkinson es el segundo trastorno neurodegenerativo más común, afectando al 0,3% de la población general y a más del 1% de la población anciana, se caracteriza por la incapacidad de controlar los movimientos voluntarios debido a alteración de la sustancia negra y regiones estriadas del cerebro, esto se asocia a la disfunción y acumulación de una proteína neuronal fosforilada, la α-sinucleina así como a otras alteraciones, observándose una clara correlación entre la inflamación intestinal, incremento de la permeabilidad intestinal y temprana acumulación de α-sinucleína fosforilada en el sistema nervioso central y en el nervio vago, lo cual sugeriría que el comienzo de esta enfermedad sería en el intestino (9). Además, otros múltiples estudios sugieren que el microbioma de personas sanas y personas con Enfermedad de Parkinson es diferente, teniendo estas últimas mayor abundancia de Enterobacteriaceaes así como una correlación positiva con la gravedad de los síntomas (10).

Otras patologías en las cuales se ha visto el impacto de la disbiosis es la colitis ulcerosas y en la enfermedad de Crohn, provocando progresión de la enfermedad a través de la alteración de la modulación de la inflamación intestinal, participando tanto en la integridad de la pared intestinal, en el inflamosoma y la producción de citoquinas proinflamatorias (IL-18) (11).



¿Y cómo podemos nosotros, según la Doctrina Espírita, mejorar nuestra y optimizar a nuestra amiga, la Microbiota intestinal? 


En un estudio se analizaron 58 pacientes con diagnóstico de colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, se midieron los niveles de proteína C reactiva y calprotectina, dos indicadores de inflamación, luego de participar de sesiones de Mindfulness, observándose una reducción significativa de dichos niveles (PCR; p: 0,05 y calprotectina p: 0,03), lo cual plantea la posibilidad de incorporar este tipo de prácticas en el tratamiento clínico estándar (12).

Otro estudio realizado en monjes budistas que practican meditación Vipassana fue analizado, por secuenciación del ARN ribosomal 16s bacteriano, la diversidad del microbioma intestinal comparándolo con otras personas de la región. Se observó un incremento de bacterias consideradas “beneficiosas” como son Prevotella, Bacteroides y Faecalibacterium, así como una disminución significativa de los niveles totales de colesterol y apolipoproteína B, ambos parámetros implicados en patologías cardiovasculares. También se vio el mejoramiento en la síntesis de glicanos, los cuales contribuyen a mejorar la función de barrera intestinal y reducción de la colitis (13).

Hace menos de un siglo se desconocía o se malinterpretan la existencia de “otro mundo” en nuestro interior. Hoy sabemos que su colaboración y simbiosis tienen un gran impacto en nuestra salud. Consideremos esto como una bendición, como nos dice Joanna de Ángelis en “Vidas Vacías” (14):

“… Examina dentro de ti el milagro de la digestión, por ejemplo, y no podrás negar la sabiduría del Aquel que creó el delicado sistema digestivo para mantener la armonía entre millones de millones de individuos -las células- que operan juntas en favor de las sustancias nutritivas…

… Reflexiona un poco sobre la extraordinaria función del pensamiento, que es captado por las neuronas y transformado en la exuberancia del arte, la ciencia, los encantos y maravillas del Universo…

… Todo lo que puedas examinar produce admiración y sorpresa, desafiando tu inteligencia para comprender el milagro de la vida… Dios es artista que genera Vida… De Él vinisteis y a Él, con sentimientos y conocimientos ampliados, regresaréis.”


El conocimiento y avance científicos permiten conocernos como Humanos Holobiontes, un término introducido por Lynn Margulis en Symbiogenesis and Symbiotic Ism, proveniente del griego antiguo ὅλος (hólos), que significa "todos", y βιὅς, que significa "organismo", "ser vivo”. Así honrarnos, protegernos y abrazar este cuerpo y el planeta Tierra donde vivimos para volver finalmente así, a Nuestro Hogar.



Referencias:


  1. Wang S, et al.: Maternal vertical transmission affecting early-life microbiota development. Trends Microbiol 2020, 28:28-45.

  2. Knoop KA, et al.: Microbial antigen encounter during a preweaning interval is critical for tolerance to gut bacteria. Sci Immunol 2017.

  3. Henrick BM, et al. Bifidobacteria-mediated immune system imprinting early in life. Cell 2021.

  4. Fonte de Luz. Joanna de Ángelis, psicografiado por Divaldo Pereyra Franco. Editorial Mina, 2017

  5. Grenham S, et al. Brain-gut-microbe communication in health and disease. Front Physiol. 2011; 2:94.

  6. Reichenberg A, et al. Cytokine-associated emotional and cognitive disturbances in humans. Arch Gen Psychiatry. 2001; 58:445-452.

  7. Madhogaria B, et al. Correlation between human gut microbiome and diseases. Infect Med (Beijing). 2022 Aug 24;1(3):180-191.

  8. Morais LH, et al. The gut microbiota-brain axis in behaviour and brain disorders. Nat Rev Microbiol. 2021 Apr;19(4):241-255.

  9. Kim, S. et al. Transneuronal propagation of pathologic α- synuclein from the gut to the brain models Parkinson’s disease. Neuron 103, 627–641.e7 (2019).

  10. Scheperjans, F. et al. Gut microbiota are related to Parkinson’s disease and clinical phenotype. Mov. Disord. 30, 350–358 (2015).

  11. Y. Chen, et al. Role and mechanism of gut microbiota in human disease, Front. Cell Infect. Microbiol (11) (2021).

  12. González-Moret R, et al. The effect of a mindfulness-based therapy on different biomarkers among patients with inflammatory bowel disease: a randomised controlled trial. Sci Rep. 2020 Apr 8;10(1):6071.

  13. Sun Y, et al. Alteration of faecal microbiota balance related to long-term deep meditation. Gen Psychiatr. 2023 Jan 3;36(1).

  14. Vidas Vazias, Joanna de Ángelis, psicografiado Divaldo Pereyra Franco. Editorial LEA, 2020.

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