Materia: consideraciones filosóficas, científicas y espíritas
Karina Cejas
La materia ha sido objeto de reflexión y estudio desde tiempos inmemoriales. En un viaje imaginario a tiempos anteriores al Maestro Jesús, haciendo una breve revisión histórica de los estudios sobre el origen de la materia, encontramos teorías desde los eruditos presocráticos…
El filósofo, matemático y físico griego Tales de Mileto (625-556 a.C.), que reemplazó la mitología por teorías e hipótesis (logos*) para explicar los fenómenos del Universo, declaraba que el principio originario de la naturaleza y de la materia era una única sustancia: el agua. Su discípulo Anaximandro (610-547 a.C.) declaraba que el Origen (arjé) de todas las cosas era lo indeterminado (ápeiron) y que, para la generación, era necesaria la destrucción. El continuador del anterior, Anaxímenes (588-524 a.C.) coincidía con su maestro en que el principio de todas las cosas era infinito, aunque lo reconocía en un elemento concreto: el aire.
Heráclito de Éfeso (540-480 a.C.) reconocía en el fuego el principio de todas las cosas, con un perpetuo devenir, en un Universo eterno (que siempre fue y será) donde “lo divino” se contrapone a “lo humano”.
Jenófanes de Colofón (aprox. 580-475 a.C.) planteó un único elemento como principio y fin de todas las cosas: la tierra. A diferencia de los representantes de la Escuela de Mileto (para quienes una sola substancia material constituía el fundamento de todas las cosas) y en similitud con el pensamiento de Parménides (que sostenía que nada podía originarse de la nada y que lo ya existente no podía desaparecer).
Empédocles de Agrigento (aprox. 490-430 a.C.) postuló que cuatro elementos constituían los principios materiales de la realidad, reduciendo así la diversidad del universo a cuatro fuentes que se combinaban y separaban por acción de dos fuerzas opuestas: “amor” y “odio”. Esos elementos serían: agua, aire, fuego y tierra.
Regresando a un período contemporáneo nos encontramos con la obra de Allan Kardec. Siglos después de la venida de Jesús, Kardec expone la existencia de una “Trinidad Universal” compuesta por la Inteligencia Suprema (causa primera de todas las cosas), Espíritu y materia. Todos los tipos de materia derivan de la materia elemental primitiva, el Fluido Cósmico Universal, que asume dos estados (materialización y desmaterialización)
“La vida se revela en su doble aspecto: físico y supra-físico. El hombre participa en las dos formas de existencia. Por su cuerpo físico pertenece al mundo visible; por su cuerpo fluídico, al mundo invisible. Estos dos cuerpos coexisten con él durante la vida, la muerte los separa.”
(Denis, L., En lo invisible, Cap. I - La ciencia espírita).
Como el cuerpo humano no está organizado para percibir el Espíritu (Principio Inteligente individualizado) sin la materia, ambos se acompasan como en una danza delicada. En ella, el Espíritu se sirve de la materia, a la vez que ejerce su acción sobre ella, lo que ocurre a través de un intermediario: el Fluido Cósmico Universal.
“39. El Espiritismo experimental estudió las propiedades de los fluidos espirituales y su acción sobre la materia. Ha demostrado la existencia del periespíritu, sobre el cual había sospechas desde la Antigüedad, y que san Pablo denominó cuerpo espiritual, es decir, cuerpo fluídico del alma después de la destrucción del cuerpo tangible. Se sabe hoy que esa envoltura es inseparable del alma; que forma uno de los elementos constitutivos del ser humano; que es el vehículo de la transmisión del pensamiento y que, durante la vida del cuerpo, sirve de lazo entre el Espíritu y la materia. El periespíritu representa un rol tan importante en el organismo y en una cantidad de afecciones, que se liga a la fisiología tanto como a la psicología.”
(Kardec, A., La Génesis, Cap. I - Ítem 39).
El plano espiritual nos habla sobre la noble misión espiritual que puede apreciarse en la medicina humana practicada con finalidades superiores.
Podríamos deducir que aún resta mucho camino científico hasta que la humanidad pueda comprender por completo las leyes que sostienen y habilitan las propiedades del Periespíritu (envoltura semi-material también llamada cuerpo fluídico o etéreo), de los fluidos espirituales y de los atributos fisiológicos del alma. Idealmente en un contexto donde materialismo y espiritualidad reúnan sus esfuerzos y avancen juntos, apartando quimeras, propiciando un convencimiento basado en el entendimiento, en la razón. El Espiritismo, además de exaltar nuestro Sens moral*, nos presenta confirmaciones, explicaciones y revelaciones sobre lo que Jesús dijo e hizo, incluso en lo referente a cuestiones ligadas con la materia… que, en la intrínseca danza de la existencia, se mantiene ligada al alma.
“XIX. Si los médicos fracasan en la mayor parte de las enfermedades, es porque cuidan el cuerpo sin cuidar el alma, y porque, dado que el todo no está en buen estado, es imposible que una parte funcione bien.
El Espiritismo ofrece la clave de las relaciones que existen entre el alma y el cuerpo, y prueba que entre ambos hay una reacción continua. De este modo, abre un camino nuevo a la ciencia. Al mostrarle la verdadera causa de ciertas afecciones, le proporciona los medios para combatirlas. Cuando la ciencia tome en cuenta la acción del elemento espiritual en la armonía del conjunto, fracasará con menos frecuencia.”
(Kardec, A., El Evangelio según el Espiritismo, Introducción).
El concepto de salud ha ido evolucionando en el mundo terrenal, pero aún no contempla la “perfecta armonía del alma” que especifican los Espíritus. Según la Organización Mundial de la Salud, la misma se define como "un estado de bienestar físico, mental y social completo, y no meramente la ausencia del mal o la enfermedad".
El plano espiritual nos habla sobre la noble misión espiritual que puede apreciarse en la medicina humana practicada con finalidades superiores. Y nos alienta a acudir a ella cuando se necesite recuperar el equilibrio orgánico, porque el hombre aún no ha aprendido a cuidar y preservar su cuerpo y su alma lo suficiente como para prescindir de su medicina. Mientras tanto, los amigos invisibles nos van instruyendo sobre algunas pautas:
“98.- En los procesos de curación, ¿Cómo debemos comprender el pase?
Así como la transfusión de sangre representa una renovación de las fuerzas físicas, el pase es una transfusión de energías psíquicas, con la diferencia de que los recursos orgánicos son retirados de un reservorio ilimitado de fuerzas espirituales.
99.- ¿Cómo debe ser recibido y dado el pase?
El pase podrá obedecer a la fórmula que ofrezca mayor porcentaje de confianza, no sólo a quien lo da, como a quien lo recibe. Debemos esclarecer, todavía, que el pase es la transmisión de una fuerza psíquica y espiritual, dispensando cualquier contacto físico en su aplicación.
100.- La llamada “bendición” o “rezos”, conocida en los medios populares, ¿será una modalidad de pase?
Las llamadas “bendiciones”, tan comunes en el ambiente popular, siempre que sean empleadas en la caridad, son expresiones humildes del pase regenerador, popularizado en las instituciones espiritistas de socorro y de asistencia. Jesús nos dio la primera lección en ese sentido, imponiendo las divinas manos sobre enfermos y sufrientes, en lo que fue seguido por los apóstoles del Cristianismo primitivo.
“Toda buena dádiva y don perfecto viene de lo Alto” – decía el apóstol, en la profundidad de sus explicaciones.
La práctica del bien puede asumir las fórmulas más diversas. Su esencia, sin embargo, es siempre la misma delante del Señor.”
(Xavier, F.C. y Emmanuel, El consolador)
*Logos (del griego λóγος): Logos es la palabra meditada, reflexionada o razonada, que puede entenderse por “habla, palabra, razonamiento, argumentación, saber o instrucción” como por “inteligencia, pensamiento, conocimiento".
*Sens moral: conciencia de la existencia de Dios y de una realidad espiritual, así como de la idea del bien y de la necesidad de llevarlo a la práctica.
Bibliografía
Allan Kardec. El Libro de los Espíritus.
Allan Kardec. El Evangelio según el Espiritismo.
Allan Kardec. La Génesis según el Espiritismo.
León Denis. En lo invisible.
Espíritu Emmanuel psicografado por Francisco “Chico” Xavier. El Consolador prometido.
Federação Espírita Brasileira (FEB)