El Libro de los Espíritus
Preguntas y respuestas de la 132 a la 139
Flavia Roggerio
Llegamos al final de otro año de estudio.
Me he dado cuenta de que justo entramos, en esta edición, en el Capítulo III – La encarnación de los Espíritus, y pensé que es muy interesante que entremos en temas más profundos justo cuando un nuevo año está a punto de empezar.
Hasta ahora las preguntas elaboradas a los Espíritus tratan de explicar la materia, los mundos, los seres, la idea de Dios y la existencia de los espíritus.
Actualmente, hay estadísticas que indican que la mayoría de la población mundial cree en Dios.
¿Pero cuántas personas creen en la reencarnación?
¿Cuántas conocen realmente el significado de esta palabra?
Tengo que decirles que me picó la curiosidad y fui a buscar en Wikipedia... “La reencarnación es la creencia consistente en que la esencia individual de las personas (alma o espíritu) empieza una nueva vida en un cuerpo o forma física diferente, después de la muerte biológica.”
Entonces, reflexionando sobre esta respuesta, que entiendo, es lo que se encontraban las personas que toman contacto por primera vez con el asunto, me preguntaría:
¿Para qué? ¿Por qué?
Y entonces es cuando entran las respuestas de los Espíritus a las preguntas de Allan Kardec. Concretamente empiezan con la pregunta 132 del libro que aquí estudiamos... ¡Vamos allá!
El texto colocado entre comillas a continuación de cada pregunta es la respuesta que dieron los Espíritus. Debido a la complejidad de algunas respuestas, se han diferenciado con otro tipo de letra las notas y explicaciones añadidas por el autor, en los casos en que existía la posibilidad de confundirlas con el texto de las respuestas. Cuando forman capítulos enteros no hay lugar a confusión, de modo que se ha conservado el tipo de letra ordinario.
Objetivo de la encarnación
132. ¿Cuál es el objetivo de la encarnación de los Espíritus?
“Dios se la impone con el objetivo de hacerlos llegar a la perfección: para algunos es una expiación; para otros, una misión. No obstante, para alcanzar esa perfección deben sufrir todas las vicisitudes de la existencia corporal: en eso consiste la expiación. La encarnación tiene también otro objetivo, que es poner al Espíritu en condiciones de soportar la parte que le toca en la obra de la creación.
Para cumplirla, el Espíritu toma, en cada mundo, un instrumento en armonía con la materia esencial de dicho mundo, a fin de ejecutar allí, desde ese punto de vista, las órdenes de Dios. De ese modo, al participar en la obra general, también se adelanta.”
La acción de los seres corporales es necesaria para la marcha del universo; pero Dios, en su sabiduría, ha querido que en esa misma acción ellos encontrasen un medio de progresar y aproximarse a Él. Así, por una ley admirable de su providencia, todo se eslabona, todo es solidario en la naturaleza.
133. Los Espíritus que desde el principio han seguido el camino del bien, ¿tienen necesidad de la encarnación?
“Todos son creados simples e ignorantes, y se instruyen en las luchas y las tribulaciones de la vida corporal. No es posible que Dios, que es justo, hiciera que algunos fueran dichosos sin penas ni trabajo y, por consiguiente, sin mérito.”
133A. Pero entonces, ¿de qué vale a los Espíritus seguir el camino del bien, si eso no los exime de las penas de la vida corporal?
“Alcanzan más rápido el objetivo. Además, las penas de la vida suelen ser la consecuencia de la imperfección del Espíritu. Cuantas menos imperfecciones tiene, menos tormentos padece. El que no es envidioso, ni celoso, ni avaro, ni ambicioso, no sufrirá los tormentos que nacen de esos defectos.”
Acerca del alma
134. ¿Qué es el alma?
“Un Espíritu encarnado.”
134A - ¿Qué era el alma antes de unirse al cuerpo?
“Espíritu.”
134B - Así pues, las almas y los Espíritus, ¿son lo mismo?
“Sí, las almas no son sino los Espíritus. Antes de unirse al cuerpo, el alma es uno de los seres inteligentes que pueblan el mundo invisible y se revisten temporalmente con una envoltura carnal para purificarse e instruirse.”
135. ¿Hay en el hombre alguna otra cosa además del alma y el cuerpo?
“El lazo que une el alma al cuerpo.”
135A - ¿Cuál es la naturaleza de ese lazo?
“Semimaterial, es decir, intermediaria entre el Espíritu y el cuerpo. Es preciso que sea así para que ambos puedan comunicarse. Por medio de ese lazo el Espíritu actúa sobre la materia, y viceversa.”
De este modo, el hombre está formado por tres partes esenciales:
El cuerpo o ser material, análogo al de los animales y animado por el mismo principio vital.
El alma, Espíritu encarnado cuya habitación es el cuerpo.
El principio intermediario o periespíritu, sustancia semimaterial que sirve de primera envoltura al Espíritu y une el alma al cuerpo. Tales son, en un fruto, el germen, el perisperma y la cáscara.
136. El alma, ¿es independiente del principio vital?
“El cuerpo es sólo la envoltura; lo repetimos sin cesar.”
136A - El cuerpo, ¿puede existir sin el alma?
“Sí. Sin embargo, tan pronto como el cuerpo deja de vivir, el alma lo abandona. Antes del nacimiento, no hay todavía una unión definitiva entre el alma y el cuerpo; mientras que, después de que esa unión se ha establecido, la muerte del cuerpo rompe los lazos que lo unen al alma, y ésta lo abandona. La vida orgánica puede animar un cuerpo sin alma, pero el alma no puede habitar en un cuerpo privado de vida orgánica.”
136B - ¿Qué sería nuestro cuerpo si no tuviese alma?
“Una masa de carne sin inteligencia; todo lo que queráis, excepto un hombre.”
137. Un mismo Espíritu, ¿puede encarnar en dos cuerpos diferentes a la vez?
“No, el Espíritu es indivisible y no puede animar simultáneamente a dos seres diferentes.”
138. ¿Qué pensar de la opinión de los que consideran al alma como el principio de la vida material?
“Es una cuestión de palabras, en la que no nos detenemos. Comenzad por poneros de acuerdo vosotros mismos.”
139. Algunos Espíritus, y antes que ellos algunos filósofos, han definido al alma como una chispa anímica emanada del gran Todo. ¿Cómo se explica esa contradicción?
“No existe tal contradicción. Todo depende de la acepción de las palabras. ¿Por qué no tenéis una palabra para cada cosa?”
La palabra alma es empleada para expresar cosas muy diferentes. Algunos llaman así al principio de la vida, y en esta acepción es exacto decir, en sentido figurado, que el alma es una chispa anímica emanada del gran Todo. Estas últimas palabras se refieren a la fuente universal del principio vital, de la que cada ser absorbe una porción, y que vuelve a la masa después de la muerte. Esta idea no excluye en modo alguno la idea de un ser moral, distinto, independiente de la materia, y que conserva su individualidad. A este ser también se lo llama alma, y en esta acepción podemos decir que el alma es un Espíritu encarnado. Al dar diferentes definiciones del alma, los Espíritus han hablado según la aplicación que hacían de dicha palabra, y según las ideas terrenales de que aún estaban más o menos imbuidos. Eso se debe a la insuficiencia del lenguaje humano, que no tiene una palabra para cada idea. De ahí el origen de una multitud de errores y discusiones. Por esa razón los Espíritus superiores nos dicen que, en primer lugar, nos pongamos de acuerdo acerca del sentido de las palabras.
Hacemos una pausa hasta la próxima edición ya que este tema es extenso. De momento podemos parar a reflexionar sobre lo que hemos aprendido de los Espíritus hasta aquí. Con las explicaciones de este capítulo podemos unir todo lo visto hasta ahora. Las argumentaciones respecto a la materia que se une a un principio vital, que es animada por un Dios, que es el creador de mundos y de seres orgánicos e inorgánicos, que viven y que se mueren... y que vuelven a vivir y a morir, con objetivos comunes: la perfección y la colaboración en la Obra de Dios.
Cada ser en el mundo tiene su función. Cada existencia, cada camino, cada vida encarnada tiene por objetivo nacer, vivir y morir; cumpliendo en el tiempo que le corresponde en la tierra buscar su perfeccionamiento moral, contribuyendo para sí mismo y en la vida de los espíritus afines que se encuentra en el camino. Estos espíritus pueden venir como padres, hermanos, amigos, o desconocidos y no tienen otra tarea que la que tú. Las relaciones están llenas de aprendizaje. No podrías interactuar con otros si no los encontrases por el camino.
Cada existencia, cada camino, cada vida encarnada tiene por objetivo nacer, vivir y morir; cumpliendo en el tiempo que le corresponde en la tierra buscar su perfeccionamiento moral, ...
Vuelvo a la frase inicial de este escrito, llegamos al final de otro año. Ha sido un año intenso para la humanidad, entre guerras y destrucción por fenómenos naturales muchos han perdido sus casas, sus coches, sus bienes personales. Pero tristemente, muchos han perdido a su gente o a su propia vida. ¿Dónde has estado mientras todo esto ocurría?
Las fiestas de fin de año están a la vuelta de la esquina.
¿Cómo están tus relaciones? ¿Es el Espíritu Navideño lo que remueve tus emociones?
¡Unas felices fiestas a todos! ¡¡¡La reflexión está servida!!!