Janaina Minelli de Oliveira - Coordinadora del área Social CEADS

Se dice rápido, pero hubo que lograrlo mes a mes.
El primer proyecto del área de Asistencia Social de CEADS cumple 15 años.
Desde el inicio, CEADS ha querido que el proyecto recordara siempre su identidad.
No somos un banco de alimentos.
Lo que va en cada cesta básica entregada es mucho más que alimentos no perecederos y leche. Va junto con los alimentos el consuelo que aporta la doctrina, la explicación de las dificultades enfrentadas y el amor que sostiene al compañero de jornada evolutiva que se encuentra, temporalmente, en posición de necesidad.
Cualquier persona que esté pasando por dificultades económicas puede solicitar el apoyo de la Cesta Básica.
Todo empieza con una entrevista, realizada por un voluntario del proyecto.
Se busca así conocer la condición económica de la persona y la del núcleo familiar al que se vincula, si lo tiene. Se le explica que, por lo menos el día de la recogida de los alimentos, que será una vez al mes, debe quedarse a la reunión de estudio.
Evidentemente no buscamos que las personas abracen las ideas espíritas, pero es importante explicar que el valor infundido por el conocimiento de la doctrina y el tratamiento espiritual que se recibe a través de los pases espíritas al final del estudio son infinitamente más significativos que los alimentos. Aún así, hay que comprender que, para las personas que están en situación de vulnerabilidad, la ayuda material, sí hace una gran diferencia.
Cada cesta básica entregada es mucho más que alimentos no perecederos y leche. Va junto con los alimentos el consuelo.
Normalmente los alimentos de la Cesta Básica se consiguen gracias a las donaciones de las personas que asisten a nuestras reuniones, que pueden traer los víveres al centro o hacer aportaciones en dinero que luego se usa para completar la compra de cada mes.
Hay voluntarios para hacer la compra, preparar las cestas y luego entregarlas a las familias. En un principio, las cestas se ofrecen durante 6 meses y se pueden renovar por 6 meses más si la familia sigue necesitando, pero esto siempre se ha tratado con mucha flexibilidad.

Los números son muy modestos y seguramente lo menos importante.
Aproximadamente, hemos mantenido una media de 7 familias asistidas durante estos años, a excepción del periodo de la pandemia covid19, cuando llegamos a asistir a 11 familias.
Fue un periodo desafiador porque el confinamiento empujó a situaciones económicas dolorosas a las personas que trabajaban sin contratos laborables y que, de la noche a la mañana, no podían cobrar porque no podían ir a trabajar.
El equilibrio entre las solicitudes de ayuda a la Cesta Básica y la cantidad de familias que CEADS es capaz de asistir siempre ha sido obra de la espiritualidad amiga. Hasta el momento, nunca hemos tenido que rechazar o posponer la ayuda que nos fue solicitada. Con creatividad, esfuerzo y entrega, un enorme grupo de personas voluntarias ha mantenido este proyecto vivo durante estos 15 años.
Cada una de estas personas, por poco o mucho que hayan hecho o lo que todavía hagan, merece nuestra más profunda gratitud.
La Cesta Básica es un proyecto de CEADS y el centro está al servicio del Maestro Jesús.
Colaborar en esta actividad nos educa para la humildad: no hay nadie más importante que nadie en este equipo.
Participar aquí también nos educa para el trabajo en equipo, con los desafíos que supone ponerse de acuerdo con personalidades y disponibilidades diferentes para realizar una tarea por la que no se recibirá ninguna gratificación económica o reconocimiento público.
En lo más profundo de la conciencia, en ninguna otra parte y por nadie más, se reconoce el mérito del servicio prestado. Una tarea así sólo se hace con amor y por amor.
Así hemos logrado hacerlo durante los últimos 15 años y humildemente nos disponemos a seguir otros 15 años más.